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viernes, mayo 06, 2011

Ella era bella, frágil como una rosa. El era una bestia, esclavo de sus impulsos. Único día que les ataron esposas, ya no eran niños, crecieron, se hicieron adultos juntos. Todo marchaba bien, eso parecía en su primera luna de miel, juró serle de por vida fiel, y ella a él, una historia como otra cualquiera, quién les ve y quién les viera. Pero el tiempo pasa y las relaciones se agotan, se cansan, ella ni lo nota, porque esta ciega, ciega de amor, pero no aguanta la monotonía ya no quería ser dueño de una sola tía o eso les decía a sus colegas de copas "yo salgo con otras, pero ella ni lo nota". Bella estaba ciega pero no era tonta, ya dudaba cuantas noches sola, cuantas horas de la madrugada. La primera vez fue la más dolorosa, le regaló una infidelidad por cada rosa, y es que el perdón será tu debilidad pero lo que pasa una vez siempre sufre de una vez más. Este cuento no es eterno, debo salir, ponerle un fin, ser más fuerte, que esa bestia, debo salir, quiero vivir, quiero vivir.